
Hoy he montado en el metro en dirección contraria. La culpa es de Javier, que me distrae. Y lo peor es que hemos tardado como seis estaciones en darnos cuenta. Y cuando, media vida después, hemos llegado a Alonso Martínez, las escaleras no funcionaban. No sé si conocéis la salida de la línea 5, pero está en el submundo o un poco más abajo. Casi echo un pulmón, el hígado y mi autoestima siguiendo a Javier, que subía como si estuviera paseando por el parque, el muy capullo. Al terminar la escalera me ha pedido, por favor, que no sufriera un infarto, que teníamos que dar una clase.
Y ya en la calle, intentando coger aire hasta con las orejas, una ambulancia del SAMUR tapaba la salida.
-Aquí tienes una historia -me ha dicho Javi, señalando a la ambulancia.
Y yo he asentido, porque para hablar no me daba, y he pensado que sí, que las historias están y solo hay que tener resuello para contarlas.
Hola!!! Soy de Argentina y estoy empezando a mostrarle al mundo mis escritos! Quería decirte que esta noche estuve leyendo tus textos y me encantaron!!! Gracias 💫
Gracias a ti por leerme. Y por tomarte el tiempo de escribirme.