Se estropea el sistema de megafonía del metro a mitad de una información sobre la próxima estación y un tipo de los a puñetazos con el techo, digo yo que para parar el incómodo pitido. Y de pronto me acuerdo de todas esas pelis malas (y no tan malas) en las que se lían a tiros con la pantalla del ordenador para hacer desaparecer los datos.
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