Hoy cerramos el taller de Escritura Creativa para adolescentes en Escuela de Escritores. Ha sido divertido, pero, sobre todo, ha sido sorprendente. Ay, lo que hubiera dado yo por encontrar algo así cuando tenía doce o trece años.
Los chicos del taller no necesitan empujones para lanzarse a escribir, pero aun así, voy a proponerles un plan de cinco días para romper cualquier bloqueo.
Os lo dejo aquí por si soy más perezosos, más vergonzosos, menos seguros que nuestros chicos.
Plan de ejercicio creativo de una semana
Empieza en lunes, porque somos más dados a cumplir los compromisos que arrancan con el inicio de la semana, del mes, del año… Seguro que hay una razón psicológica para ello, pero la desconozco, así que no lo puedo argumentar. Por una vez, creedme sin más y prometo no volver a pedíroslo.
Lunes:
Describe lo primero que has visto al levantarte. Con todo detalle. Pero no hace falta (de hecho no deberías hacerlo) que te pongas a anotarlo según te levantas. Solo retén la imagen y luego, a la hora que sea la que has decidido reservar para la escritura, haz memoria de eso que has visto. Posiblemente, salvo que vivas en una cabaña sin techo en lo alto de árbol que crece en una montaña inexplorada, lo que ves al levantarte son cuatro paredes, unas cortinas, la mesita de noche, el armario y unos zapatos que no recogiste porque te dio sueño. Es decir, un párrafo, dos a lo sumo. Diez minutos. Relee lo que has escrito, corrige, cambia. Léelo en voz alta para ver que tal suena. Y ya. No escribas más. No hoy.
Martes:
Describe a la última persona que has visto que no conocieras de nada: el conductor del autobús, un señor que pasaba por la calle y al que has visto desde la ventana, la chica que te ha vendido el pan y en la que nunca te habías fijado… Fíjate en todos los detalles: su aspecto, su ropa, su voz, su forma de caminar.
Como el lunes, léelo, corrige, cambia. Y déjalo estar.
Miércoles:
Cuenta lo que ha pasado hoy durante la comida (o ayer, si estás escribiendo por la mañana). Quién se ha sentado a la mesa, qué había para comer, quién ha cocinado, si has hablado durante la comida o no. Pero cierra los ojos para recordarlo y cuenta también a qué olía, cómo sabía, si estaba caliente o frío, si había ruido de fondo, una tele, una radio, los pitidos de los coches en la calle o si solo se escuchaba el silencio…
Jueves:
Intenta recordar cuándo ha sido la última vez que has reído a carcajadas. Y si no es la última, una, da igual si es de hace tres días o de hace tres años. Y cuéntalo. Dónde estabas, quién más había contigo, qué pasó que te provocara tanta risa, si los demás se rieron tanto, si alguien se enfadó…
Hoy has tardado un poquito más en escribirlo, ¿verdad? Eso es porque esta propuesta es más creativa. Ya no solo describes, no cuentas con objetividad lo que ves y lo que percibes, también entran en juego las sensaciones, los sentimientos y la subjetividad.
Viernes:
¿Recuerdas a esa persona que describiste el martes, ese al que no conocías de nada? Invéntate un nombre. Y una vez que tengas nombre para él o para ella, inventa una vida: ¿Tiene familia? ¿Vive con ellos? ¿Estudia o trabaja? ¿Qué estudia? ¿Dónde trabaja? ¿Se ha peleado con alguien y por eso lleva esa cara tan seria? ¿Va a pedirle matrimonio a su novia y por eso sonríe como un bobo? ¿Huye de la policía? ¿Acaba de perder el trabajo? ¿Va hacia una entrevista de trabajo?
Inventa hasta donde te apetezca. Si le pide matrimonio a la novia, lo que ella dice, lo que hace él con esa respuesta… Y recuerda describir con el detalle con el que has descrito lo que has visto al levantarte; incluir sonidos, olores, sensaciones, como el miércoles; buscar las emociones de tu personaje principal y de los que lo rodean, como el jueves.
Felicidades, has llegado al viernes y has vencido al monstruo del bloqueo. O lo has atontado un rato. Descansa el fin de semana, celebra esta meta, presume con los amigos, comparte con otros…
Y el lunes que viene, si te apetece, si te ha resultado divertido escribir y tienes ganas de contar más historias, sigue inventando vidas o contando la tuya, o alterando recuerdos y contando lo que te hubiera gustado vivir, lo que quieras. Si te ha gustado escribir, sigue escribiendo.
Me parece muy interesante Chiqui. Gracias. Besitos de la abuela Ángela.