
Me encantan las listas. Cada mañana, cuando llego a la Escuela, hago una lista de las tareas del día. Un poquito lo hago por no olvidar cosas importantes y un mucho por el placer de tachar cada objetivo cumplido (ya hablaremos otro día de este placer adictivo y pecaminoso). Y antes de hacer una maleta, anoto todo lo que tiene que ir dentro. Y para la compra, claro. No sé cómo se puede ir a la compra sin una buena lista. Tengo listas en las mesas de casa y la Escuela, en la cocina, en la tableta (libros por leer, reseñas por hacer, apuntes por maquetar…) y antes, cuando no había móviles, llevaba en la cartera una lista con todos los teléfonos importantes (eh, solo los importantes, para los otros tenía la agenda) y la actualizaba cada principio de año. También con los cumpleaños.
El pájaro del que voy a hablar es el búho. El búho no ve de día y de noche es más ciego que el topo. No sé gran cosa del búho, así que continuaré con otro animal que voy a elegir: la vaca.
Si solo fueran diez… pero me ha convencido la vaca. Y yo tengo manada. Gracias 😜